Descripción

Más que una página quiero que imaginen La Taberna del Trasgo Borracho como precisamente eso, una taberna, un refugio para viajeros cansados, jornaleros al final del día y otros que se reúnen alrededor del fuego a contar historias desde todos los rincones del basto mundo.

lunes, 20 de junio de 2050

Bienvenidos a La Taberna del Trasgo Borracho


Bienvenidos sean, la idea de este blog es reunir a la comunidad de escritores aficionados hispano parlantes en un sólo lugar. Compartir ideas, cuentos, novelas, poesías, en fin, todo material literario. No importa tu país de origen, o si tienes una buena o mala ortografía, si tienes una idea que crees deber ser compartida con el mundo adelante, háznosla llegar y la publicaremos.

Ahora, tengo una historia que quiero que sea publicada en el blog ¿cómo es el proceso? Pues es bastante simple, solamente envíala al correo trasgoborracho@gmail.com y nosotros la publicaremos. ¿Requisitos? solamente dos muy simples, que la historia esté escrita en español y que seas el autor de la misma. También puedes adjuntar una imagen que te gustaría apareciera cuando se publique la historia, no importa el formato mientras sea de una resolución de 400x400 píxeles o superior. ¿Y qué pasa si no tengo una historia propia sino la de un amigo o quizá un autor famoso y me gustaría que se publicara? Pues bueno, en el primer caso, deberás contar con la autorización del autor y en el segundo nos puedes enviar una sugerencia al correo ya antes mencionado y evaluaremos el caso.

sábado, 9 de enero de 2016

Historia de los Dos Que Soñaron

Historia de los Dos Que Soñaron
Por Gustavo Weil



Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:


-Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

martes, 6 de octubre de 2015

El Verdugo

El Verdugo
Por Arthur Koestler

Cuenta la historia que había una vez un verdugo llamado Wang Lun, que vivía en el reino del segundo emperador de la dinastía Ming. Era famoso por su habilidad y rapidez al decapitar a sus víctimas, pero toda su vida había tenido una secreta aspiración jamás realizada todavía: cortar tan rápidamente el cuello de una persona que la cabeza quedara sobre el cuello, posada sobre él. Practicó y practicó y finalmente, en su año sesenta y seis, realizó su ambición.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Las Hadas

Las Hadas
Por Charles Perrault


 Érase una viuda que tenía dos hijas; la mayor se le parecía tanto en el carácter y en el físico, que quien veía a la hija, le parecía ver a la madre. Ambas eran tan desagradables y orgullosas que no se podía vivir con ellas. La menor, verdadero retrato de su padre por su dulzura y suavidad, era además de una extrema belleza. Como por naturaleza amamos a quien se nos parece, esta madre tenía locura por su hija mayor y a la vez sentía una aversión atroz por la menor. La hacía comer en la cocina y trabajar sin cesar.

lunes, 24 de agosto de 2015

Las Cinco Eras de Eridu

Las Cinco Eras de Eridu
Por Luis Cruz



Muchas son las leyendas que en Eridu se cuentan, bardos y sabios se han encargado de traer desde el pasado, historias que retan a la imaginación. Los dioses tuvieron un papel más protagónico en eras tempranas, pero conforme Eridu avanzaba, la necesidad de dioses disminuía. Al día de hoy, aún hay razas que veneran a un dios fielmente, mientras que otras los tienen como un símbolo de su tierra, pero prefieren hacer las cosas por su cuenta.

Esta es una pequeña crónica cuyo objetivo es narrar los hechos históricos importantes de cada era de este mundo, su surgimiento y cambios que dieron al final con el Eridu que todos conocemos, el origen de sus habitantes y el papel que estos jugaron en la historia del mundo.

viernes, 21 de agosto de 2015

Sortilegio de Otoño

Sortilegio de Otoño
Por Joseph von Eichendorff



El caballero Ubaldo, una tranquila tarde de otoño mientras cazaba, se encontró alejado de los suyos, y cabalgaba por los montes desiertos y boscosos cuando vio venir hacia él a un hombre vestido con ropas extrañas. El desconocido no advirtió la presencia del caballero hasta que estuvo delante de él. Ubaldo vio con estupor que vestía un jubón magnífico y muy adornado pero descolorido y pasado de moda. Su rostro era hermoso, aunque pálido, y estaba cubierto por una barba tupida y descuidada.

sábado, 11 de julio de 2015

El Caso de la Doncella Perfecta

El Caso de la Doncella Perfecta
Por Agatha Christie



-Ah, por favor, señora, ¿podría hablar un momento con usted?

Podría pensarse que esta petición era un absurdo, puesto que Edna, la doncellita de la señorita Marple, estaba hablando con su ama en aquellos momentos.

Sin embargo, reconociendo la expresión, la solterona repuso con presteza:

-Desde luego, Edna, entra y cierra la puerta. ¿Qué te ocurre?

Tras cerrar la puerta obedientemente, Edna avanzó unos pasos retorciendo la punta de su delantal entre sus dedos y tragó saliva un par de veces.

-¿Y bien, Edna? -la animó la señorita Marple.

-Oh, señora, se trata de mi prima Gladdie.

lunes, 29 de junio de 2015

La Princesa de las Azucenas Rojas

La Princesa de las Azucenas Rojas
Por Jean Lorrain



Era una austera y fría hija de reyes; apenas dieciséis años, ojos grises de águila bajo altaneras cejas y tan blanca que habríase dicho que sus manos eran de cera y sus sienes de perlas. La llamaban Audovère. Hija de un anciano rey guerrero siempre ocupado en lejanas conquistas cuando no combatía en la frontera, había crecido en un claustro, en medio de las tumbas de los reyes de su dinastía, y desde su primera infancia había sido confiada a unas religiosas: la princesa Audovère había perdido a su madre al nacer.

miércoles, 24 de junio de 2015

Dagón

Dagón
Por H. P. Lovecraft



Escribo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi provisión de droga, que es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando más esta tortura; me arrojaré desde esta ventana de la buhardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclavitud a la morfina, no me considero un débil ni un degenerado. Cuando hayan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quizá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué tengo que buscar el olvido o la muerte.
Fue en una de las zonas más abiertas y menos frecuentadas del anchuroso Pacífico donde el paquebote en el que iba yo de sobrecargo cayó apresado por un corsario alemán. La gran guerra estaba entonces en sus comienzos, y las fuerzas oceánicas de los hunos aún no se habían hundido en su degradación posterior; así que nuestro buque fue capturado legalmente, y nuestra tripulación tratada con toda la deferencia y consideración debidas a unos prisioneros navales. En efecto, tan liberal era la disciplina de nuestros opresores, que cinco días más tarde conseguí escaparme en un pequeño bote, con agua y provisiones para bastante tiempo.

martes, 23 de junio de 2015

Las Ratas del Cementerio

Las Ratas del Cementerio
Por Henry Kuttner



El anciano Masson, guardián de uno de los más antiguos cementerios de Salem, mantenía una verdadera guerra con las ratas. Varias generaciones atrás, se había instalado en el cementerio una colonia de ratas enormes procedentes de los muelles. Cuando Masson asumió su cargo, tras la inexplicable desaparición del guardián anterior, decidió aniquilarlas. Al principio colocaba trampas y veneno cerca de sus madrigueras; más tarde, intentó exterminarlas a tiros. Pero todo fue inútil. Las ratas seguían allí.